viernes, 25 de octubre de 2013

Arrastrar el lomo entre las baldosas


Hablan
todos hablan
saben

ella sabe todo 
y habla
él sabe un montón 
y habla

ella tiene lentes tiene un vestido
fuma varios cigarrillos
se apura a fumarlos
pide fuego
todo el tiempo habla

¿A quién le habla?
se tropieza
se le caen las palabras desde algún sitio
un lugar entre su cerebro y su lengua
un lugar que no es su alma
un lugar oscuro tiniebla
un lugar miedo de vampiro que la hace hablar
un lugar que sale desde ella pero que no es ella

él también habla
él sí que sabe
tiene un título universitario
un doctorado algún posgrado
está avalado para hablar

también fuma
fuma muchos más cigarrillos que ella
no pide fuego porque tiene cuatro encendedores entre sus bolsillos
la escucha
atento 
la escucha

¿a quién escucha?
cree que oye
que entiende
pero no,
sólo quiere dar su veredicto
su palabra fanfarrona en ese mundo de ideas delirantes
un mundo que no es como él 
un mundo que no lo quiere que se burla de gente como él
de los torpes de los académicos; 
él sentencia él dice
y su firmeza lo vuelve creible
lo vuelve adorable lo vuelve maleable
él también esta capturado

Todos creen que pueden hablar
o escuchar
o decir
y este mundo se transformó en un Gran Hastío
un asco derrotero de letras y frases que cualquiera vuelca
porque tiene boca saliva lengua dientes cuerdas vocales aire laringe faringe

el fuego nos convierte en Sapiens
y las palabras nos convierten en arena polvo tergopol aserrín gastado

tal vez convenga ser víbora serpiente cobra anaconda de la selva
y arrastrarse
la panza el estómago las costillas el pecho 
todo al suelo
y andar por ahí
así
abrir la boca sólo para comer
para asesinar y comer
y despuès descansar sobre el tronco
sobre la rama la copa
del árbol más bello de todo el Amazonas

Un amigo canta
dale hermano que no te atrape la modernidad
y yo sé lo que pasa:
entiendo lo que muestra lo que mueve lo que saca
es todo esto

el engendro venenoso venenito murmullo
barboteo ruidoso
que ofusca que enoja que agrede
que duele

cuando Ellos
que quieren hablar,
hablan,
cuando Ellos 
que quieren decir,
dicen

y las cosas no son tan simples
y no es posible que sean tan simples
porque,
de hecho, ruidito asqueroso que viene y viene y se queda,
no lo son.

Un níspero en la calle más hermosa
con dos que se sientan a beber un vino robado
a vivir con el viento
a arrastrar su lomo entre las baldosas
a degradar deglutir la noche
en la Noche de las Noches.


Sólo eso hará callar la Infamia de los vómitos parlantes de los Hombres.

martes, 15 de octubre de 2013

Vos no estás en la noche

                                                                  

                                                                             Entonces, ¿nadie quiere esto,

                                                                                                     nadie?
                                                                                                          Cortázar.



¿A dónde irán todas las meditaciones?
¿A quién serán entregadas mis oraciones de la noche?

Que se pudran.

Que se pudra todo
 porque son palabras,
porque no es verdad.

El silencio ya no se mueve.

Hace calor 
y el árbol tampoco se mueve.

¿Dónde empieza la certeza?

Si en las hojas que no se mueven
ya no hay nada,
¿dónde está la certeza?

Una oración debiera ser eterna.

Un ruego del cuerpo,
como un grito.
debiera ser eterno.

Pero no sucede.

Nunca la palabra podrá durar para siempre.

Me queda ahora el dolor de la voz,
del tono,
del aullido.

Lo cierto es la noche
y es lo único que tengo.

Lo cierto es que vos no estás en la noche
y es lo único que tengo.

martes, 1 de octubre de 2013

Los cuadros que parecen ventanas


La puerta cruje
se abre
entra el viento
entra el ruido

tirada en la cama
dolida
doliente con las cosas

la cabeza murmura y maúlla 
y no pasa nada

y no me levanto

y el estómago
que arde que habla

que todo habla en ciertas horas
y no me levanto

que si no comí
y si me desmayo
y a quién llamo
a quién le grito

enumerá, enumerá
lo que veas, lo cierto
enumerá:

la cama, estoy -estaba, antes de levantarme
a escribir a escribirlo-
echada sobre la cama
y eso es cierto
hay un velador
hay una mesa
hay un cuadro con fotos que parece una ventana
hay un perchero rojo

y el miedo a que el miedo vuelva

hay que levantarse
tengo que levantarme y escribirlo.

Me levanto

me siento en la mesa
y lo escribo

no pasa nada
o Nada pasa
y tal vez haya que escribir sobre esa Nada

narrar que me levanté a escribirlo
a transformar el miedo en algo que no sea el miedo
en algo que lo saque de mi cabeza
en algo que lo saque de mi cuerpo

en que el viento entra
que la puerta cruje cada vez menos

que pienso en mi madre
y me duele
que pienso en mi padre
y me duele

que el sacrificio es con la carne
y me duele

que ahora tal vez me duelan todos
todos por los que sacrifiqué mi carne

y que me levanté a decirlo
y ahora
cuando lo digo
ahora que puedo decirlo
tampoco pasa Nada

que la cabeza vuela
se mueve tan rápido que todavía no sé como frenarla

pero que
si lo escribo
tal vez si lo digo
pueda capturar ciertas cosas

que las cosas los momentos las personas
son incapturables

que lo que duele, duele
tiene que doler
tiene que asustar
asustarme

pero que tengo que sentarme y decirlo
decírmelo

que todos me dolieron
todos, cada uno me dolió 
y vamos a ver cómo se sana

porque no se sana con la fiesta
ni con el sueño
ni con la complicidad de los amigos

no se sana
pero hay que decirlo

hay que contarlo
contar que me duelen mis padres
no ellos
me duelen, pero no son ellos los que me duelen

me duele que haberlos entendido
me costó quemarme el cuerpo

¿Cuántas jeringas más podría clavarme?
¿Cuántos vasos más podría tomarme?
¿Cuántas camas más podría llenar?

¿Para qué?

El viento no dice nada
o tal vez a mi no me diga nada
pero me obligó a levantarme
a que borre el miedo

a que me siente y lo escriba
y tal vez se transforme
tal vez el dolor se vuelva algo que no sé  todavía qué es

pero hay que levantarse
sin saber cómo
ni porqué

escuchando el viento
escuchando el ruido que viene desde afuera

y que, una vez, ese ruido sea mas fuerte que el ladrido del cerebro
encontrar el ruido adentro
y que comulgue con todos los ruidos

que se vuelva sonido
únicamente sonido
no grito
no aullido

sonido esencial
sonido de todas las Cosas y de todos los Elementos sonando

si eso sucede
si se reconcilian 
todo lo de adentro con todo lo de afuera

tal vez se logre el milagro
tal vez cuando lo escriba
tal vez suenen las campanas

tal vez llegue la redención

pero tengo que levantarme
y escribirlo:

el dolor no se muere no se mata
se transita

no hay otra forma de perdón

y si lo escribo
y mientras lo escribo
y cuando deje de escribirlo,
y sea solo la escritura vencida de una mujer vencida y con miedo a desmayarse
a vomitar
a que le tiemble todo el cuerpo como hace minutos
-antes de escribirlo-
le tembló, me tembló,

de algún modo
diciéndolo
hubo un cortocircuito

si lo escribo
puedo cambiar el estado de las cosas
puedo creer
puedo volver a la Fe
a la fuerza

pero hay que levantarse
con el llamado del viento en la puerta
con el pasado que golpea golpea y cada vez más fuerte

entonces
tal vez
no haya desmayo
ni rehabilitaciones

tal vez el sonido esencial quiera venir y quedarse y sonar

sonar
junto a las puertas
y a los cuadros que parecen ventanas

sonar 
para que los lobos callen sus llantos
de tantas noches solos.

Pero hay que levantarse para peregrinar de la mano del dolor
y escuchar
de una vez
y escuchar 
que Nada pasa
y escuchar 
que mientras pase Nada, 
hay que contarlo.